dimanche 3 mars 2013

Terapia de choque y estrategia del caos : primeros elementos para comprender el asesinato de Chokri Belaïd en Túnez

por Colectivo Los deconstructores de lo virtual, 9/2/2013. Traducido por  Héctor Castro Portillo, Tlaxcala
Túnez y Egipto viven una involución paralela y similar. He aquí algunos rasgos comunes a los dos países :

1-Una "revolución" virtual

En los dos países, las cosas cambian solo para que todo siga igual: los dictadores – que no eran más que « dictados » - han sido derrocados, elecciones democráticas han sido organizadas, los « islamistas moderados » han accedido al « poder ». Pero es claro que el poder real no se encuentra en los sillones que ocupan. En Egipto es el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas el que conserva el poder real y mueve los hilos en contacto directo y permanente con sus padrinos y protectores en Washington. En Túnez, la situación es mucho más turbia, y la respuesta a la pregunta sobre « quién detenta el poder real » es mucho más difícil. Digamos para comenzar que es el cartel mafioso (hombres de negocios, burócratas, policías) del antiguo régimen, algunos de cuyos pilares se han dejado crecer la barba.  

2-Terapia de choque
Los « poderes democráticos » surgidos de estas « revoluciones » tienen en común el estar sometidos dócilmente a las órdenes de los que ordenan: Banco Mundial, FMI, OMC, UE, USA y las petromonarquías del Golfo. El conglomerado de estos organismos no tiene sino una preocupación: impedir que los pueblos árabes (y los demás también) logren llevar a cabo verdaderas revoluciones que den a sus naciones el lugar que les corresponde, estableciendo la justicia social y permitiéndoles ejercer sus derechos fundamentales de ciudadanos de un Estado de derecho. En primer lugar, impedir el goce de la soberanía de los recursos energéticos que abunda en el subsuelo de sus países y de los otros bienes comunes (agua, tierras, patrimonio, etc.).
  
La terapia aplicada consta de varios elementos :
a. Los gobiernos actuales deben pagar exactamente y de inmediato el servicio de la deuda odiosa que han heredado de los dictadores/dictados derrocados, condición única exigida para « otorgarles » nuevos créditos que no hacen más que aumentar la deuda.
b. Los gobiernos deben proseguir el trabajo de « limpieza » ya iniciado por sus predecesores: liquidación de los servicios públicos y por consiguiente de quienes los defienden, privatizaciones, entrega de las riquezas del país a las multinacionales, puesta en marcha de estructuras de control de la población rebelde, principalmente de  los trabajadores sindicalizados y de la juventud en situación de precariedad (los diplomados en paro). Para amortiguar los perjuicios sociales de esta « limpieza », la solución propuesta es la « caridad islámica » en lugar de los derechos sociales legítimos.
c. La pacificación de la sociedad. Centenas de millones de euros son girados por la Unión Europea y por ciertas fundaciones usamericanas y  alemanas, entre otras, a la sociedad civil organizada con un solo objetivo:  controlarla, disciplinarla y orientarla hacia un proceso de « justicia transicional* » que no cuestiona el sistema. Principal objetivo: impedir que la juventud diplomada activa acceda al nivel de la política real, es decir, a la organización del pueblo para la satisfacción de sus demandas de acceso a la ciudadanía y a los bienes comunes.
 

La masacre de la estación de Boloña  (Italia) que hizo 85 muertos y 200 heridos el 2 de agosto de 1980, visto por el artista Carlo Carosso
3-Estrategia del caos
La estrategia en marcha en los dos países es fundamentalmente la misma que la que ha sido aplicada en Grecia en 1967, en América latina y Turquía, en Italia (estrategia de la tensión), en Líbano de los años 1970 y 1980, y en Argelia de los años 1990, con ajustes tácticos para adaptarla a cada situación particular. Las armas principales de esta estrategia son :
a. La utilización de la violencia armada a través de grupúsculos  manipulados –lo que se llama « terrorismo »- para sembrar el miedo, desestabilizar la gente y hacerle renunciar a la lucha pacífica de masas, democrática y transparente. El objetivo es romper todas las estructuras (partidos, sindicatos, movimientos) susceptibles de frenar la « liberalización » de la economía.
b. La polarización entre corrientes « ideológicas » en las cuales se pretende forzar al conjunto de la sociedad a entrar, lo que conduce a una lógica deconjunto de la sociedad a entrar, lo que conduce a una lógica de « campos » atrincherados que se excluyen mutuamente y se combaten violentamente. Se trata de una nueva variante de « dividir para reinar »: arriba, una burguesía « modernista, laica, democrática » que se opone a una burguesía « conservadora, islámica, democrática »; abajo, un pueblo « progresista, libertino, revolucionario » que se opone a un pueblo « tradicional, intolerante, fascistoide ». En una palabra, el único medio encontrado por los aparatos del poder real para perdurar es la guerra civil, la del hermano contra el hermano, la de la hermana contra la hermana, la de los padres contra los hijos, la de los « liberados » contra « enturbanados » por la vía de alianzas entre explotadores y explotados a nombre de divisiones que no tienen nada que ver con las reales necesidades y los intereses de clase del pueblo.
 
c. La manipulación diabólica de la pareja infernal complot-disturbio. En Egipto, tanto como en Túnez y  en la Argelia de 1988, la revuelta legítima de la juventud precaria es canalizada por las redes mafioso-policiales hacia violencias nihilistas enmascaradas que se manifiestan con ocasión de reuniones populares.  Objetivo: suscitar la demanda de un poder fuerte que garantice la seguridad. Ultimo ejemplo a la fecha, la aparición de un « Black Block » en El Cairo el 25 de enero de 2013. Un « Black bloc » tan infiltrado por la policía como lo estaban los de Gênes en 2011, Montreal, Toronto, Londres, Estrasburgo e incluso el de Heiligendamn.

d.  Los asesinatos dirigidos de personajes clave, decididos y organizados por las redes ocultas del poder real. Atribuidos simultáneamente a otros, estos asesinatos tienen por objetivo provocar una fractura irreversible de la sociedad (ver punto a).  El asesinato de Chokri Belaïd, así como los en Argelia de Tahar Djaout, Abdelkader Hachani, Mohamed Boudiaf y tantos otros (Liabes, Boucebsi, Flici, Mahiou, Merbah, Belkaid, Alloula, Bouslimani y Cheikh Sahraoui), se inscribe en esta estrategia.

Los movimientos sociales, progresistas o revolucionarios deben ser plenamente conscientes de esta estrategia para no caer en una trampa mortal y evitar la suerte del toro que embiste el trapo rojo sin ver la mano del torero que le clavará la espada en la nuca.  

Nota
* Justicia transicional: proceso destinado a pacificar la sociedad poniendo en práctica un mecanismo que sustituye a la justicia ordinaria a fin de « voltear la página » del oscuro pasado de la dictadura o de la guerra civil, y así poner « punto final » a las demandas de justicia de las víctimas. El ejemplo más propagado es el de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en África del Sur. Por el momento, en el mundo árabe, Marruecos es el único país hasta el momento que ha instituido una tal comisión: la instancia Equidad y Reconciliación. En Túnez, el Ministerio de los Derechos Humanos acaba de firmar un acuerdo de cooperación con el Centro Internacional para la Justicia Transicional (CIJT, con sede en Nueva York). "En virtud del acuerdo, el Centro se compromete a proveer al ministerio una ayuda técnica en materia de justicia de justicia transicional a través de diversos ejes, especialmente, en materia de investigación de la verdad, la reparación, la justicia penal y la reforma institucional, constitucional y judicial. El CIJT es, igualmente, llamado a aportar ayuda técnica para la creación de una comisión de verdad y llevar a cabo un programa de reparación de los perjuicios." 
  

mercredi 27 février 2013

Terapia szokowa i strategia chaosu: pierwsze elementy by zrozumieć zabójstwo Chokri Belaida w Tunezji



Kolektyw dekonstruktorów wirtualności
Tłumaczenie z Francuskiego Krystyna Hawrot

Egipt i Tunezja znajdują się w podobnej i równoległej sytuacji. Oto niektóre cechy charakterystyczne obu krajów:

1.     Rewolucja” wirtualna

W obu krajach nic nie zmieniło się aby wszystko się zmieniło: dyktatorzy , którzy w rzeczywistości byli „podyktowanymi” – zostali obaleni, odbyły się demokratyczne wybory, islamiści „umiarkowani” znaleźli się u „władzy”. Ale właściwie władza realna nie znajduje się instytucjach w których zasiadają. W Egipcie Naczelna Rada Sił Zbrojnych dzierży faktyczną władzę i manipuluje sytuacją, będąc w stałym  i bezpośrednim kontakcie z ojcami chrzestnymi i opiekunami z Waszyngtonu. W Tunezji sytuacja jest mniej klarowna, gdyż odpowiedź na pytanie „kto ma prawdziwą władzę w ręku” jest trudniejsza. Powiedzmy na sam początek, że to mafijny kartel (aferzyści, biurokraci, policjanci) byłego reżymu, wśród których część zapuściła sobie brodę.

2.  Terapia szokowa

„Władze demokratyczne” pochodzące z tych przewrotów mają to wspólnego że są potulnie poddane rozkazom „zleceniodawców” których imię jest: Bank Światowy, Międzynarodowy Fundusz Walutowy, Światowa Organizacja Handlu, Unia Europejska, Stany Zjednoczone Ameryki Północnej oraz petromonarchie Zatoki Perskiej. Konglomerat tych zleceniodawców ma jedyny cel: nie dopuścić by społeczeństwa arabskie (oraz inne) mogły dokonać prawdziwych rewolucji, takich które mogłyby rzeczywiście zmienić te społeczeństwa poprzez sprawiedliwość społeczną oraz zbudowanie państwa prawa w którym prawa obywatelskie będą naprawde szanowane. Pierwszym z tych praw byłoby prawo do suwerennej kontroli i korzystania z bogactw naturalnych swojego kraju oraz z innych wspólnych dóbr takich jak woda, ziemia, dziedzictwo narodowe. 

3. Wprowadzona obecnie terapia szkodowa ma kilka aspektów:

a.      Rządy muszą dalej spłacać niesprawiedliwy dług zaciągnięty przez obalonych dyktatorów/dyktowanych, jest to warunek niezbędny postawiony przez zleceniodawców aby móc im „udzielać” nowych kredytów które wprowadzają kraje w jeszcze większą spiralę zadłużenia.
b.     Rządy muszą kontynuować prace „oczyszczenia” dobrze już zapoczątkowaną przez poprzedników, czyli: likwidacje usług publicznych a więc także likwidację tych którzy tych usług bronią, prywatyzacje, wyprzedaż bogactw kraju międzynarodowym korporacjom, zbudowanie struktur kontroli nad niepokorną ludnością, w pierwszej kolejności nad uzwiązkowionymi pracownikami oraz sprekaryzowaną i spauperyzowaną młodzieżą („bezrobotni z dyplomami”). Żeby zamaskować zniszczenia socjalne tego „dzieła”, wynaleziono jedyne rozwiązanie; „miłosierdzie” islamskie, na miejsce praw socjalnych do których wszyscy powinni mieć dostęp.
c.      Pacyfikacja społeczeństwa: setki miliony Euro są w tej chwili spuszczane prze UE oraz fundacje amerykańskie, niemieckie i inne, na organizacje społeczne tak aby móc je kontrolować, dyscyplinować i skierować w pułapkę procesu „sprawiedliwości tranzytywnej” która nie przeszkadza wcale systemowi. Główny cel: nie dopuścić by młodzież wykształcona i aktywnie politycznie wpłynęła na politykę realną, czyli aby nie była ona w stanie zorganizować społeczeństwo i skierować jego siły w celu zaspokojenia podstawowych żądań, dostępu do praw obywatelskich i do dóbr społecznych.

Strategia zastosowana w obu krajach jest właściwie taka sama jak ta którą wypróbowano na Grecji roku 1967, w Ameryce Lacińskiej oraz Turcji, we Włoszech („strategia napięcia”) oraz w Libanie lat 80-tych, Algierii lat 90-tych, z pewnymi wariantami taktycznymi przystosowanymi do lokalnych warunków. Główną bronią stosowaną w tej strategii jest:

a.      Zastosowanie przemocy zbrojnej w wykonaniu manipulowanych sekciarskich grup – to co nazywa się powszechnie „terroryzmem” – aby zasiać strach, ogłuszyć ludzi, odciągnąć ich od walki pokojowymi metodami, od walki masowej, demokratycznej oraz przejrzystej. Celem przemocy jest złamanie wszelkich struktur społecznych (partie, związki zawodowe, ruchy społeczne) które mogłyby przeciwstawić się „uwolnorynkowieniu” gospodarki.

b.    
Polaryzacja między dwoma kierunkami ideologicznymi w które całość społeczeństwa ma na siłę się zmieścić, co prowadzi do logiki dwóch „obozów” wykluczających i zwalczających się wzajemnie. Jednym z wariantów strategii „dziel i rządz” jest przekonywanie że istnieje na dole z jednej strony burżuazja „nowoczesna, laicka, demokratyczna”, przeciwstawna burżuazji „konserwatywnej, islamskiej, demokratycznej”, tak samo jak na dole ma istnieć lud „postępowy, libertyński, rewolucyjny” przeciwstawny do ludu „tradycyjnego, religijnego, o skłonnościach faszystowskich”. Jednym słowem, jedyny sposób jaki struktury realnej władzy znalazły aby przetrwać jest wojna domowa, wojna brata przeciwko bratu, siostry przeciwko siostrze, rodziców przeciw dzieci, „wolnych” przeciw „zachuszczonym”, poprzez alians między wyzyskiwaczami i wyzyskiwanymi w imię podziałów które nie mają nic wspólnego z prawdziwymi potrzebami i dążeniami klasowymi ludzi.

c.     
Manipulacja piekielną parą spisek-rozruchy. W Egipcie, podobnie jak w Tunezji, lub w Algierii w 1988 roku, słuszne powstanie spauperyzowanej młodzieży zostało skanalizowane przez mafijno-policyjne struktury w nihilistyczną zakapturzoną przemoc wychodzącą z podziemia z okazji każdej manifestacji społecznej. Celem jest aby ludzie zażądali powrotu silnej władzy odpowiedzialnej za bezpieczeństwo. Ostatnim przykładem tegoż może być pojawienie się grup „Black Block” w Kairze z okazji 25 stycznia 2013 roku. „Black Block” tak samo infiltrowany przez policję jak były infiltrowane podobne ruchy w Genui w 2001, Montrealu, Toronto, Londynie, Strasburgu czy Heiligendamm.

d.    
Morderstwa wybranych osobistości, zdecydowane i zaplanowane przez utajnione struktury prawdziwej władzy. Równocześnie inni są oskarżani o te przestępstwa co powoduje jeszcze większą przepaść ideologiczną w społeczeństwie. I tu zabójstwo Chokri Belaida podobnie jak Tahara Djaouta, Abdelkadera Hachani, Mohameda Boudiaf, i wielu innych (Liabes, Boucebsi, Flici, Mahiou, Merbah, Belkaid, Alloula, Bouslimani, Cheikh Sahraoui) w Algierii wpisuje się w tę strategię.

Ruchy społeczne, postępowe lub rewolucyjne, muszą być w pełni świadome jaka strategia jest tu rozgrywana. Inaczej wpadną w śmiertelną pułapkę. I podzielą los byka który uderza w czerwoną płachtę nie widząc ręki torero który wbije w niego śmiercionośną włócznię.

Notka :
Co to jest sprawiedliwość tranzytywna ? Jest to proces którego celem jest pacyfikacja społeczeństwa poprzez wprowadzenie mechanizmów zastępujących istniejące sądownictwo aby „zakończyć” ciemną przeszłość dyktatury lub wojny domowej i postawić „końcową kropkę” żądaniom sprawiedliwości ze strony ofiar. Najbardziej znanym przykładem jest Komisja Prawdy i Pojednania w Afryce Południowej. W świecie arabskim, Maroko jest jedynym krajem który do dziś ustanowił taką komisję, Instancję Sprawiedliwości i Pojednania. W Tunezji ministerstwo Praw Człowieka podpisało właśnie umowę współpracy z Międzynarodowym Centrum do spraw Sprawiedliwości Tranzytywnej którego siedziba jest w Nowym Jorku. Według tej umowy centrum ma dostarczyć ministerstwu pomoc techniczną w następujących dziedzinach: poszukiwanie prawdy, odszkodowania, sądownictwo karne, reforma instytucji, konstytucyjna i sądownicza. Centrum to ma także za zadanie pomoc techniczną w utworzeniu komisji Prawdy i zorganizować program odszkodowania za poniesione szkody.

mardi 26 février 2013

Les nouveaux noms séparateurs du biopouvoir et les populations superflues

par Dimitris Vergetis Δημήτρις Βεργέτης, revue Lignes n° 39, Le devenir grec de l'Europe néolibérale, Octobre 2012
L'auteur est psychanalyste, philosophe et ingénieur chimiste, directeur de la revue grecque αληthεια (alèthéia=vérité) et  enseignant au Centre Psychanalytique d'Athènes. 

En Grèce, « forcée de fournir le portrait anticipé de ce à quoi vont devoir ressembler les sociétés occidentales, remaniées sous la férule du néolibéralisme déchaîné » se dessine « une nouvelle biopolitique de l’espèce », « chargée d’assainir le corps social de toutes les existences parasitaires ».
Depuis 2007 la crise sévit. Voici, d’emblée précisé, le noyau de notre thèse : ce qu’on peut lire en filigrane dans les descriptions et analyses savantes de la crise économique, c’est la mise en place, discrète mais décisive, par le néolibéralisme déchaîné, des prémisses d’une nouvelle biopolitique de l’espèce humaine.

La Grèce : un cas ou un paradigme ?
Commençons par la Grèce. Depuis près de trois ans la société grecque, lentement mais inéluctablement, se délite. Elle se délite sous l’onde de choc de politiques d’austérité d’une brutalité inédite dans l’histoire économique de l’Occident en période de paix. La grande crise de 1929 fait d’ores et déjà pâle figure devant les effets cumulés de la récession qui frappe la Grèce. La causalité sous-jacente à ce désastre, telle qu’elle est mise en récit par les experts et la presse internationale, est régulièrement identifiée à l’explosion de la dette souveraine et au tarissement des ressources budgétaires, suite à une gestion calamiteuse, irresponsablement menée par une classe dirigeante incompétente et compulsivement illustrée par de hauts faits de corruption.

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Ce diagnostic se complète par la stigmatisation de la rentabilité du travailleur grec, éternel paresseux sous le soleil méditerranéen, l’incrimination du niveau des salaires qui, défiant toute rationalité économique, condamnerait la Grèce à un défaut de compétitivité structurel.
Ce récit dont la plausibilité est étayée par des statistiques, diagrammes comparatifs et avis d’experts, semble inattaquable, tellement il adhère au tissu des données objectives. Relayé sans répit par l’ensemble des mass media, même à l’intérieur du pays, il fournit non seulement la matrice herméneutique de la crise mais aussi les vecteurs d’une politique néolibérale radicalisée à outrance, supposée y remédier. Doté d’une cohérence et d’une dignité de dogme, il contamine les esprits et se propage même sur des segments de populations durement touchés.
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"En voilà encore un en train de savourer son café !"
Il est politiquement urgent d’abattre cette fiction. Il importe de produire la vérité de la crise grecque et de la faire valoir au-delà de ses coordonnées locales. Car dans ce qui se passe actuellement en Grèce se dessine avec une clarté féroce une stratégie globale dont l’adoption par l’ultralibéralisme ébranlé tient lieu de réponse aux impasses de la crise de 2007. Il se confirme de plus en plus que l’effondrement généralisé de la société grecque, loin de s’accomplir sous l’effet d’une dynamique interne d’implosion, s’avère parfaitement orienté de l’extérieur, comme le prouve le fait qu’il se solde par le sinistre spectacle d’une braderie des biens publics, frénétiquement orchestrée par le nouveau gouvernement sous le diktat de ses créanciers.
http://www.alterinfo.net/photo/art/default/4643518-6949905.jpg?v=1345938711
En Grèce se révèle et s’affirme, avec une radicalité dévastatrice et débarrassée de ses inhibitions parlementaires, l’inspiration qui anime le projet du capitalisme ultralibéral : la destruction méthodique des sociétés historiques comme préalable et comme moteur même de la privatisation du monde. À cet égard, absolument révélateur est l’axiome cynique formulé par Wolfgang Schäuble, selon lequel un État surendetté insolvable doit être traité comme une entreprise en faillite, c’est-à-dire laissé à la merci de ses créanciers. Dans ces propos, aucune différence n’est faite entre une entreprise et une société.
Actuellement, on voit la société grecque violemment transformée en un immense supermarché où ses créanciers sont conviés à se servir librement: les compagnies d’électricité et d’eau, les bâtiments publics, les banques contrôlées par l’État, les réseaux routiers, des ports et des aéroports, des segments entiers de régions côtières, les richesses du sous-sol, etc. – et mêmes des sites archéologiques (!) – sont bradés et remis à vil prix aux mains d’investisseurs privés. Mise en coupe réglée par ses créanciers, la Grèce fait l’objet d’un dépeçage qui, loin de s’accomplir sous forme de pillage désordonné, s’organise comme une privatisation des biens publics et des richesses nationales, minutieusement arrangée parmi ses créanciers.Tout indique qu’ils se sont mis d’accord sur la part du gâteau qui échoit à chacun (1).
Au fil des jours on voit s’accumuler les preuves d’un usage calculé et tordu de la crise de la dette. Celle-ci a servi à la fois de prétexte, d’amorce et d’instance de légitimation d’un processus inédit, savamment planifié par les institutions financières internationales et les « fondés de pouvoir du Capital » (2) qui ambitionnent de faire d’une société entière un objet d’expérimentation des principes ultralibéraux. À cet égard, les perfides aveux du représentant grec (3) au FMI sont hautement révélateurs. Lors des discussions à huis clos qui ont abouti à la mise au point du premier Mémorandum, les experts engagés dans sa rédaction avaient rendu un verdict sans appel : demander à un pays de procéder en même temps à la réduction de sa dette, à la résorption des déficits publics, à la réforme de l’État, à la réorganisation du marché du travail et à la restructuration de l’appareil productif constituait une équation insoluble. Et pour verrouiller l’affaire, on a pris soin d’y rajouter deux contraintes : un temps trop serré pour réaliser les objectifs chiffrés du Mémorandum et un taux d’intérêt inspiré des pires pratiques usurières. Ce qui avait amené même Dominique Strauss-Khan à expliquer à Georges Papandréou qu’il ne devait pas accepter ce plan de sauvetage suicidaire. Mais la classe dirigeante grecque, gangrenée par sa servitude et sa complicité résignée s’est empressée d’y souscrire. Bref, tous les intéressés connaissaient parfaitement que le Mémorandum était voué à l’échec. Mais son implacable mise en œuvre répondait à une autre finalité inavouable, cyniquement fixée d’emblée. Il importe de l’identifier. À cet égard, la réponse qui nous semble s’imposer est la suivante : les politiques appliquées à la Grèce sous prétexte de redressement économique visent à mettre en place un nouveau paradigme de société entièrement transitif aux automatismes du capital et aux lois du marché. La technicité de leur langage d’exposition ne fait qu’écran à leur objectif qui consiste à réterritorialiser l’ensemble du lien social sur la forme-marchandise. Le projet expérimenté en Grèce aspire à neutraliser, et à la limite à éradiquer, la politique comme instance de médiation entre l’économie et le social, à démanteler tendanciellement tous les dispositifs de protection sociale, à privatiser la prise en charge de tout risque de la vie et à abolir le droit du travail, pour créer des zones spéciales d’exploitation – formes dérivées des « camps », mais hautement rentabilisées, et charitablement humanisées. Ces zones de développement spéciales constituent une illustration paradigmatique de ce que Badiou a isolé sous le terme de « zonage ».
Les dirigeants européens répètent en chœur et à satiété que la Grèce est un cas particulier. En fait, loin d’être traité comme un cas particulier qui fait exception à la norme européenne qu’elle devrait impérativement intérioriser, la Grèce est forcée de fournir le portrait anticipé de ce à quoi vont devoir ressembler les sociétés occidentales, remaniées sous la férule du néolibéralisme déchaîné. Tout en restant dans le cadre du mode de production capitaliste, nous sommes donc au seuil d’un changement d’époque. Or celui-ci s’annonce sous des auspices littéralement macabres en tant qu’il couve une nouvelle biopolitique de l’espèce. Il importe d’en restituer la pente et les mécanismes d’accomplissement.
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La crise et le réveil de l’histoire
Si le déchaînement néolibéral du capitalisme inaugure un changement d’époque, il introduit de nouveaux foyers de conflit et suscite par voie de conséquence de nouvelles luttes de résistance. En fait, on assiste, depuis la crise de 2007, à un profond remaniement du champ des luttes sociales. Foucault proposait une typologie générale des luttes et en distinguait trois catégories fondamentales : celles qui constituent une résistance aux formes de domination – ethnique, sociale ou religieuse; celles qui s’affrontent aux divers mécanismes d’exploitation destinés à soustraire aux producteurs immédiats le fruit de leur travail ; et celles qui s’opposent aux schèmes d’assujettissement de l’individu à des normes contraignantes et intériorisées (4) . Il pensait que notre époque est celle où s’affirme la prévalence indiscutable des luttes contre la soumission de la subjectivité. Elles sont centrées sur les effets de pouvoirs locaux et sur l’ennemi immédiat – pas sur l’ennemi numéro un. Or, le champ de luttes est en plein remaniement. Les luttes sont de plus en plus recentrées et concentrées dans des choix de résistances aux formes renouvelées d’exploitation, propagées par le déchaînement néolibéral du capitalisme. Celui-ci s’impose comme l’ennemi numéro un, parfaitement identifiable comme tel, à une échelle qui transcende les singularités locales. En somme, on assiste à un « réveil de l’histoire », pour reprendre une expression percutante de Badiou.
Le retour en force de ce type de luttes est concomitant aux choix opérés par le capitalisme néolibéral afin de résorber l’onde de choc déclenchée par la crise de 2007. Ébranlé par celle-ci, il tente de se redresser par un passage à la limite. Nous entendons par là que ses serviteurs, décidés à dépasser la crise par les moyens mêmes qui l’ont créée, optent pour une radicalisation des formes d’exploitation et leur extension à l’ensemble de la société, y compris aux couches relativement privilégiées. On en a la démonstration éclatante en Grèce où le rouleau compresseur des mesures d’austérité écrase l’ensemble de la société avec un zèle égalitaire qui n’épargne que les riches. L’objectif visé est de rayer de la carte les couches sociales moyennes, détentrices de précieuses réserves de richesse convoitées et d’entraîner l’ensemble de la société dans la spirale de la paupérisation. En termes techniques, il s’agit d’induire une dévaluation interne, à défaut de pouvoir mener une dévaluation monétaire, la Grèce n’ayant plus sa propre monnaie. Mais ce langage technique, abondamment repris par la presse, vise à voiler un enjeu autrement plus radical. Au fond, il s’agit d’organiser une régression à des formes de surexploitation affines à celles qui ont nourri l’expansion du capital au XIXe siècle (5), mais surtout tendanciellement affines à celles qui prolifèrent actuellement dans l’espace asiatique et lancent un défi de compétitivité à l’Occident. À cet égard, la décision résolue du capitalisme européen, dopé par la Wille ultralibérale allemande, consiste à fabriquer une nouvelle espèce : le Chinois blanc – grec, espagnol, letton, etc. Cet avatar frankensteinien rompu aux exercices de la flexibilité, dernière invention des marchés mondialisés, constituerait la relève néolibérale du travailleur. Or, aux dires même des stratèges de l’Occident, on ne saurait relever le défi de compétitivité lancé par l’espace asiatique sans venir à bout de deux obstacles majeurs.
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1. Premièrement, il faudra soustraire les décisions politiques cruciales au jeu relativement aléatoire des procédures supposées démocratiques, propres à la représentation parlementaire. Il s’agit d’obtenir ce que Balibar a qualifié de « neutralisation » de la démocratie parlementaire. Dépossédés de leur souveraineté, les peuples voient les instances décisionnelles nationales s’externaliser au profit d’institutions supranationales. La prolifération des mémorandums, des pactes de stabilité budgétaire et autres « règles d’or » s’avère un redoutable instrument d’amplification de ce processus. En même temps, on voit la classe politique abdiquer avec bonheur ou résignation son pouvoir décisionnel pour se vouer à la ratification et à la gestion des paquets de réformes dictées par les marchés et leurs serviteurs institutionnels. Un pas significatif de plus a été franchi avec le licenciement pur et simple des politiciens inhibés ou discrédités aux yeux de l’opinion publique, et la mise en place de régimes de gouvernance confiés aux technocrates – de préférence à ceux qui y étaient prédestinés par leur passé de loyal serviteur des grands banquiers. Le cobaye grec fournit une illustration exemplaire de tous les aspects de ce processus.
2. Tâche plus urgente que la dégénérescence organisée de la médiation politique est celle qui doit aboutir à la mise en place de politiques sociales orientées vers le démantèlement sélectif et chiffré de l’État providence. Il est urgent de tailler dans le vif des dépenses de santé et de donner le coup de grâce à plusieurs institutions de protection sociale. Certes, la tentation néolibérale de réduire le poids des comptes sociaux n’est pas récente. Mais actuellement, tout indique que nous sommes au seuil d’une mutation des politiques sociales. À cet égard, une récente étude de Standard and Poor’s met cyniquement les points sur les i. Ce porte-parole de l’ultralibéralisme lance à tous les pays du G20 un avertissement comminatoire où il annonce son intention de dégrader leur note élevée s’ils ne procèdent pas, dans un court délai, au démantèlement sélectif de leurs systèmes de santé. La projection des tendances actuelles ne laisse à aucun pays occidental le moindre espoir de pouvoir exciper du triple A, garantie d’accès privilégié aux marchés, dans le proche avenir. « La hausse progressive des dépenses de santé pèsera lourdement sur les cordons de la bourse publique dans les décennies à venir », avertit sur un ton menaçant Marko Mrsnik, analyste vedette de l’agence de notation. « Nos simulations montrent que les abaissements de note commenceraient en 2015 », prédit l’étude de S & P (6).
L’allongement de la durée de vie, qui se traduit par l’inexorable « vieillissement » des populations, et l’irrésistible introduction de nouvelles technologies médicales, souvent onéreuses et d’application coûteuse, dans les traitements et les politiques de santé préventives, se soldent fatalement par la fâcheuse aggravation des déficits des comptes sociaux. Voilà ce qui menace de plomber irrémédiablement les finances des États occidentaux. A l'inverse, souligne le verdict de S & P, « le fait que la plupart des pays asiatiques n’ont pas un système de droit à la couverture sociale comme celui mis en place en Occident signifie que la bombe à retardement démographique n’aura pas d’effet significatif ». Bref, dans les sociétés ultralibérales en éclosion, seule la mort est à même de se porter garante de la bonne santé de l’économie capitaliste !
Il faut donc s’en remettre à la mort pour assainir la pyramide des âges par des politiques d’élimination subtile des populations vieillies. Sauf que ces politiques, à prendre dans leur collimateur uniquement les vieillards, ne sauraient satisfaire à la volonté qui les guide. Il leur faut ratisser plus large et expurger la pyramide des âges, à tous ses degrés, de sous-ensembles d’hommes superflus. Leur existence menace l’équilibre des finances publiques et entrave la compétitivité. L’impératif d’épuration, afin d’enrayer la tendance à la chute du profit capitaliste, fixe le cap d’une nouvelle biopolitique. Une version brutale de celle-ci est mise en œuvre en Grèce et on constate déjà une déstructuration apocalyptique du système de santé. Il serait instructif mais fastidieux d’établir l’inventaire des mesures prises et, en tout cas, impossible d’en faire l’exhaustion, vu les nouvelles coupes annoncées au fil des jours. Notons qu’on assiste à l’interminable redéfinition restrictive des catégories des ayants-droit et à leur éjection des dispositifs de protection sociale. Tout cela pour la bonne cause : assainir les comptes sociaux ! Dans le même but et sous le diktat de la Troïka, les diverses caisses d’assurance-maladie ont été démantelées pour former un nouvel organisme de santé unitaire, doté d’un fonctionnement rationalisé et financièrement équilibré. Les résultats de cette réforme tant vantée ne se sont pas fait attendre. Présenté comme le fleuron des réformes menées, le nouvel organisme est d’ores et déjà en faillite, alors que la plupart des caisses d’assurance-maladie étaient excédentaires ! Les assurés, et notamment les malades, en font déjà les frais. Mais cet échec n’en est pas un pour tout le monde. Il constitue l’étape préalable réussie d’une privatisation des soins de santé, préconisée par les serviteurs du néolibéralisme afin de dégrever l’État de dépenses inutiles – mais précieuse pour les assurances privées. La même inspiration sévit dans la réforme des caisses de retraites.
Il va de soi que toutes ces réformes constituent autant de foyers de résistances convergentes sur l’ennemi numéro un. Mais la traduction politique de celle-ci reste une question ouverte.
Badiou avec Foucault
Nous ne devons pas perdre de vue que l’obsession de l’approche comptable qui motive ces réformes à l’échelle de l’Occident laisse dans l’ombre la radicalité du virage amorcé sous l’impulsion ultralibérale. Au fond, qu’est-ce qui chemine à l’ombre de ces réformes? À notre avis, il importe de saisir qu’une véritable mutation est en train d’affecter le fonctionnement du bio-pouvoir qui a joué un rôle stratégique dans la mise en forme de la domination du capital sur tous les aspects de la vie.
On sait grâce aux analyses de Foucault que le bio-pouvoir, dans son développement historique, s’est constitué autour de deux axes. Le premier est celui d’une anatomie politique du corps humain, dont la colonne vertébrale consiste en un ensemble de technologies disciplinaires plus ou moins empiriques. Leur mise en œuvre a façonné des corps disciplinés, dociles aux procédures d’extraction de leur force productive, par soumission à des techniques de dressage et de majoration de leurs aptitudes. L’ultralibéralisme redessine cet axe avec une cruauté inhumaine. On apprend, par exemple, que les travailleurs chinois sont contraints de travailler dans les ateliers d’Apple 80 heures par semaine.
L’axe stratégique du dispositif du bio-pouvoir s’est formé à partir d’une nouvelle distribution topique de la vie, la reterritorialisation de celle-ci non plus dans la singularité du corps mais dans le multiple de la population. Au corps vivant comme cible de technologies disciplinaires se substitue un objet discursif inédit, « la population », forme d’organisme transindividuel. C’est à partir de ce moment-là qu’une « biopolitique » de l’espèce humaine est possible. L’accommodation disciplinaire des mécanismes du bio-pouvoir se faisait sur le corps comme objet de surveillance et de dressage, saisi dans son inscription locale – l’école, l’atelier, la caserne, etc. L’accommodation bio-régulatrice se fait sur un artefact discursif, « la population », au niveau duquel on isole des processus d’ensemble, réinscriptibles en langage statistique. La population est, en réalité, un artefact transbiologique, composé de variables dont l’existence est purement statistique et dont « la vie » constitue le référent fantomatique. Mais la teneur proprement discursive de l’objet-population ne doit pas faire écran à la matérialité de ses incidences dès lors qu’il devient support de projets biopolitiques et d’opérations qui s’en inspirent. D’abord parce que cet objet aimante sur lui des technologies de pouvoir directement articulées sur le savoir. Pour la première fois dans l’histoire, les effets du discours de la science commencent à embrayer, grâce à sa médiation, directement sur le support vivant du sujet parlant. En termes lacaniens, l’objet-population entre en jeu comme médiation désincarnée mais qui, par sa fonction, rend possible un transfert d’effets du symbolique au réel, S → R. C’est dans ce cadre que la vie des populations se constitue en objet de préoccupation politique par l’alliance stratégique des mécanismes de pouvoir, jadis inféodé au souverain, avec le discours de la science.
Mais à force d’intégrer dans ses mécanismes tous les paramètres qui définissent la vie, le bio-pouvoir est en mesure non seulement de gérer la vie mais aussi de programmer l’holocauste, selon une expression de Foucault. Dans une phrase étonnante, celui-ci va jusqu’à suggérer que, bien plus qu’une possibilité indifférente, l’extermination de masse est une sorte de désir réalisable qui hante le pouvoir, une sorte de redoutable tentation qui le fait rêver : « Si le génocide est bien le rêve des pouvoirs modernes [...] c’est parce que le pouvoir se situe et s’exerce au niveau de la vie, de l’espèce, de la race et des phénomènes massifs de population » (7). Les exactions de l’eugénisme, du racisme et bien évidemment du nazisme ont fait éclater au grand jour cette ambiguïté inhérente au bio-pouvoir.
À la lumière de ces remarques, l’orientation des réformes motivées par la « crise » se décante. Dans son passage à la limite, dans son passage à l’acte, dirais-je, le néolibéralisme s’avère animé d’une volonté de reconfigurer les sociétés occidentales et, dans cette perspective, il réordonne le dispositif du bio-pouvoir autour de ses potentialités mortifères. Assujetti aux finalités du néolibéralisme débridé, le bio-pouvoir se transforme en une matrice de biopolitiques au service de la mort. Reprenant, un peu modifiée, une expression de Philippe Lacoue-Labarthe et de Jean-Luc Nancy, nous pourrions parler de « retrait du biopolitique » pour désigner la restructuration asymétrique du dispositif de bio-pouvoir autour de sa polarité thanatogène. Désormais, la phrase de Foucault « l’homme moderne est un animal dans la politique duquel sa vie d’être vivant est en question » acquiert une résonance franchement inquiétante.
Là, les enjeux des réformes commencent à s’éclairer. Ce qui est à l’ordre du jour n’est pas assimilable à une simple rationalisation comptable des dépenses de santé ni au simple démantèlement des dispositifs de protection sociale. À travers une gestion comptable orientée du dispositif du bio-pouvoir, on procède à la redéfinition de ses fonctions et à la réassignation de ses missions. Mais il faut saisir que les gains obtenus se capitalisent sur deux tableaux : réduction des dépenses inutiles et éradication indirecte des populations indésirables. L’ultralibéralisme avance d’un pas décidé. Dans son passage à l’acte criminel, il manifeste sa résolution de planifier l’élimination lente, discrète et politiquement correcte des populations superflues dont l’existence plombe les comptes sociaux et empêche les économies occidentales de booster leur compétitivité. Évalués à l’aune utilitaire de l’ultralibéralisme, les retraités, les chômeurs difficilement recyclables, les non productifs, ceux qui sont stigmatisés comme « malades mentaux », les handicapés, les malades chroniques, les immigrés exténués par les persécutions, des segments de la jeunesse non qualifiée, etc., ne représentent plus des populations intégrables au jeu social mais des hétérogénéités parasitaires dont l’existence contrevient au cadre idéal de reproduction du capital et de maximisation du profit. Fatalement, un sort funeste est réservé à ces existences encombrantes auxquelles le capitalisme ultralibéral assigne un statut de populations superflues. Leur élimination s’impose. Il y va de la santé du capitalisme.
Le biopouvoir se réglait sur le principe de faire vivre et de laisser mourir, qui fixait le cap d’une biopolitique de l’espèce humaine. Restructuré autour de sa polarité mortifère et chargée d’assainir le corps social de toutes les existences parasitaires, le biopouvoir se mue inexorablement en une performante machine de mort politiquement correcte. Elle s’en acquitte par un enchaînement de réformes orientées mais aussi par la multiplication de ce que Badiou a appelé « les noms séparateurs » et l’amplification de leur fonction. Ce genre d’opérateur nominal désigne, ou plutôt créer des catégories sociales « suspectes » (8). Il n’entre pas en jeu avec une portée descriptive mais avec des incidences politiques et policières. Il fixe un écart « suspect » au regard de la norme identitaire en vigueur et, par-là, il opère une identification stigmatisante et ségrégative.
La vie n’est plus l’unique signifiant maître du bio-pouvoir. Le fonctionnement de celui-ci s’enrichit et se diversifie par l’intégration de nouveaux noms séparateurs. Il les met en fonction pour inventer et délimiter de nouveaux sous-ensembles de populations « anormales », inutiles et indésirables. Ils constituent des vecteurs d’expansion de biopolitiques thanatophores promues par les impératifs de l’ultralibéralisme. Il faut saisir que les populations superflues ne forment pas un ensemble fermé, composé de ceux dont le potentiel productif est peu rentable et l’existence « coûteuse ». Car, à la limite, c’est la société entière qui est une population superflue pour les flux de capitaux des marchés déterritorialisés. En tout cas, de très larges couches sociales sont susceptibles de basculer dans cette catégorie. Dans l’univers relativement clos de la nation, la puissance de celle-ci était indexée sur sa démographie et sur le niveau de santé de sa population. La reproduction de la force de travail était largement prise en charge par les prestations du biopouvoir. Celui-ci en spécifiait les conditions d’effectuation, même si maint droits sociaux n’ont pas été charitablement accordés mais concédés à l’issue d’âpres luttes. Avec la mondialisation et la mobilité forcée des travailleurs, les « ressources humaines » sont désormais renouvelables à vil prix. Il est facile et hautement profitable d’importer non seulement de la main-d’œuvre mais aussi du personnel très qualifié formé dans des contrées lointaines. Le coût de la formation d’un informaticien aux États-Unis, depuis sa naissance jusqu’à l’acquisition de ses compétences, est cent fois supérieur à celui de la formation de quelqu’un né aux Indes. Il est aussi hautement profitable de délocaliser pour aller capter sur place une force de travail privée de droits et à prix dérisoire. Bref, la machine capitaliste peut se procurer de la marchandise humaine à prix très avantageux, sans avoir à se soucier de sa formation et de sa reproduction. Le cas de la Grèce, de l’Espagne et du Portugal, pour rester dans le contexte actuel, qui voient leur jeunesse hautement qualifiée aspirée par l’Allemagne, pays en dépérissement démographique, fournit une démonstration exemplaire de ce processus.
On constate de plus en plus que le remaniement ultralibéral du capitalisme est de manière inhérente antinomique à l’État social et plus généralement aux politiques centrées sur le souci de la vie. Cette discordance s’aggrave et s’affecte d’un tour supplémentaire dès lors que s’exacerbe l’incompatibilité structurelle entre le fonctionnement autonomisé des marchés mondiaux et l’onéreuse survivance locale des systèmes de protection sociale, chargés de veiller à améliorer le niveau de vie. Du coup, on se trouve confrontés à une stratégie globale des marchés pour redessiner dans son ensemble l’architecture des sociétés occidentales sur le modèle des entreprises et des multinationales, complété par des pratiques de « zonage ». Mais avant tout, cette stratégie inaugure un nouveau principe de bio-régulation de l’espèce humaine où l’humanité elle-même devient pour l’ultralibéralisme une cible de zonage afin d’y délimiter des populations suspectes, inutiles, superflues.
 Notes
(1) À commencer par la privatisation à prix symbolique et sans appel d’offre de la Banque agricole, possesseur de 40 % des terres cultivables, par le biais de prêts accordés, et détentrice de 18 milliards de titres de créances.
(2) Expression de Marx, réactualisée par Badiou.
(3) En bisbille avec Papandreou, il a, après coup, vendu la mèche, lui reprochant d’avoir livré le pays en pâture aux rapaces de la haute finance en toute connaissance de cause.
(4) M. Foucault, « Le sujet et le pouvoir » in Dits et écrits IV, Paris, Gallimard, 1994, p. 222-243.
(5) Ce trait « régressif » est souligné par Badiou.
(7) M. Foucault, Histoire de la sexualité, La Volonté de savoir I, Paris, Gallimard, coll. « Tel », p. 186.
(8) A. Badiou, Le Réveil de l’histoire, Paris, Lignes, 2011, p. 109-123.
http://sitt.files.wordpress.com/2011/08/grece_auterite.png

 

lundi 18 février 2013

علاج الصدمة واستراتجيا الفوضى : اغتيال شكري بلعيد في تونس : معطيات أولية



مجموع تفكيك الافتراضي
تعيش تونس ومصر حالة من الارتداد متوازي ومتماثل، نقدم لكم بعض عناصر التشابه بين البلدين :

1-   "ثورة" افتراضية
في كلتا البلدين لا وجود لتغيير على ارض الواقع حتى نقول إن هناك تحول في حكم : الطغاة التي كانت مجرد "أعوان تنفيذ" وقع إسقاطهم ليجد "الإسلاميون المعتدلون" أنفسهم في مواقع "السلطة" بالاعتماد على انتخابات ديمقراطية، ولكن من الواضح ان مواقع السلطة الحقيقية لا تسكن الكراسي التي احتلوها. يحتفظ المجلس الأعلى للقوات المسلحة في مصر بمفاصل السلطة الحقيقية ويعمل على تحريك خيوط اللعبة في الاتجاهات التي يريدها باعتبار انه في اتصال مباشر ودائم بعرّابيه وحماته في واشنطن وتل أبيب. اما بالنسبة إلى تونس فالسؤال حول من يستحوذ على السلطة الحقيقية لا يمكن الإجابة عنه بنفس الوضوح لان الوضع في هذا البلد اكثر ضبابية. فلنسلم فرضا بان السلطة الحقيقية توجد بين أيدي مافيا أتجارية بيروقراطية بوليسية من بقايا النظام السابق- وهي فرضية تمكننا من التقدم في التحليل ويؤيدها تكلف عمداءهم التحول من تجمعين إلى إسلاميين آو ملتحين.     
2-  علاج الصدمة
انتجتها هذه "الثورات" نظم ديمقراطية تشترك في كونها تأتمر بامر "اسياد لها سلطة الامر والنهي" كالبنك العالمي وصندوق النقد الدولي والمنظمة العالمية للتجارة واروبا والولايات المتحدة الامريكية والمملكات النفطية الخليجية. كل هؤلاء الآمرين يسكنهم هم واحد وهو إفشال كل ثورة حقيقية يمكن إن تنجح لدى الشعوب في المنطقة العربية او غيرها من المناطق لان الشعوب بتحقيق ثورات حقيقية ستتمكن من ارساء عدالة اجتماعية عن طريقها تمارس الشعوب حقها الأساسي كمواطنين في اطار دولة القانون بالتحكم أولا في موارد الطاقة التي نزخر بها باطن أرضيها وكذلك في إدارة الملكية العامة (المياه والارض والتراث).
ويمارس  علاج الصدمة في عدة أوجه:
أ‌-     وجب علي هذه الحكومات المنصبة دفع كامل الديون الكريهة التى ورثتها الشعوب عن سالف طغاتهم وذلك لاستيفاء الشرط الوحيد للحصول على ديون جديدة وهكذا تغرق البلدان في مديونية اكثر حدة.
ب‌-وجب على الحكومات الحالية مواصلة برامج الخصخصة التي بدآها سلفهم من تفويت في مصالح الخدمات العامة لصالح الخواص ولهذا فانهم من المدافعين على الخصخصة والتصفية لثروات البلد لصالح الشركات المتعددة الجنسية، ووضع هياكل خاصة بمراقبة المجموعات السكانية المتمردة وخاصة منهم الهياكل النقابية المهنية والشباب المفقر كالمعطلين عن العمل أصحاب الشهائد العلمية. وبمثل هذه البرامج يتضرر المجتمع فتدعو الحكومات الى تكريس حلول "أسلامية" كالصدقة والزكاة كحل بديل عن الحقوق الاجتماعية والاقتصادية الشرعية.
ت‌-ما يعطى بيد ينزع باليد الأخرى هذا واقع هذه الحكومات. فمئات الملايين من الاروات تهاطلت على منظمات المجتمع المدني من اوروبا والمؤسسات الخيرية الامريكية والالمانية والهدف واحد فقط هو مراقبة وتهذيب وتوجيه العمل الجمعياتي الى ممارسات استمنائية لا تغير من الواقع شيء حتى تمنع الشباب المتعلم المناضل من ممارسة السياسة الحقيقية بمعنى تنظيم الشعب وتعبئته لتحقيق مطالبه في التصرف في خيرات بلاده.
ملحمة 2 اوت 1980 بمحطة قطار بولونيا (ايطاليا) التي خلفت 85 ميتا و200 جريحا كما رسمها الفنان كارلو كروس
3-   استراتيجيا الفوضى
تطبق نفس اسس هذه الاستراتيجيا في البلدين وهي الاستراتيجية التي وقع تجريبها في اليونان سنة 1967 وفي أمريكا اللاتينية وتركيا كما جربت استراتيجيا الضغط في ايطاليا ولبنان اثناء العشرية 1970-1980 وفي الجزائر في التسعينات من القرن الماضي. وما الاختلاف في كل هذه الحالات سوى بعض التعديلات التكتيكية لجعلها ملائمة للوضعية المحلية الخاصة. تتكون ترسانة الأسلحة لخدمة هذه الاستراتيجية من :
أ‌-       انتداب مجموعات صغيرة مهمتها استعمال العنف المسلح-أو ما يسمى بالإرهابيين- وذلك لنشر الخوف وهدم الاستقرار لدى الفاعلين على الساحة حتى بنفض الجميع عن إرادة المقاومة السلمية من اجل الشفافية والديمقراطية. إن هدف هذه المجموعات هو تحطيم كل هياكل المؤسسات (الأحزاب النقابات والحركات) التي قد تأخذ على عاتقها تعطيل خصخصة الاقتصاد.
ب‌-    وتسعى هذه الاستراتيجية الى تقسيم الرأي العام  إلى أقطاب أيديولوجية بحيث تخلق منطق "الفصائل" المنفصلة عن بعضها بشكل يعمل كل فصيل على نفي نقيضه ويقاومه مقاومة عنيفة. وان هذا المنهج لهو عنصر جديد من عناصر سياسة "فرق تسد" بشكل يصبح المجتمع منقسم الى :
 من فوق تقدم البرجوازية على ان جزء منها يكون "حدثي لائكي ديمقراطي" وهي مناقضة لبرجوازية أخرى تكون "محافظة اسلامية ديمقراطية" اما من تحت فهناك الشعب في جزء منه يكون "تقدمي تحرري ثوري" هو في حد ذاته مناقض للجزء الآخر من الشعب "التقليدي المتعصب الفاشي". إذا فالوسيلة الوحيدة الكامنة بين ايدي اصحاب السلطة الحقيقيين للحفاظ على مصالحهم هو الحرب الاهلية حرب الاخ ضد اخيه، والاخت ضد اختها ،والأبوان ضد أطفالهما، والمتحررين ضد المكشطين (لابسي العمائم) وكذلك من خلال إيجاد تحالفات بين العمال ومستغليهم على أساس أن تفرقة بين العامل وصاحب العمل لا علاقة لها بالحاجيات الواقعية والمصالح الطبقية للحراك الشعبي  
الاستعمال للثنائي "انتفاضة/مؤامرة" هو عمل إجرامي في مصر كما هو الحال في تونس. لقد استغل هذا الاستعمال في الجزائر سنة 1988 لتحويل انتفاضة الشباب المفقر الشرعية الى عنف عدمي مقنع يبرز اثناء التجمعات الشعبية بفعل شبكات بوليسية مافياوية. وغاية هؤلاء هو حث الشعب على المطالبة بإيجاد سلطة قوية بامكانها حفظ الامن. واخر ما ظهر في هذا المجال جماعات "بلاك بلوك" في القاهرة يمناسبة 25 جانفي 2013. جماعة مثلها مثل مجموعات جنوا سنة 2011 التي كانت مخترقة من قبل البوليس وكذلك في مونريال وتورنتو ولندرا وسترازبور او كذلك هيليجندام.
ت‌- تكون الاغتيالات الممنهجة للشخصيات الاساسية تقررها وتنظمها شبكات خفية لاصحاب السلطوة الحقيقيين. وتوجه الاتهامات في نفس الوقت لآخرين بشكل يحقق لهم قطيعة لا رجعة فيها في المجتمع الواحد. (انظر النقطة أ). اغتيال شكري بلعيد ، كاغتيالات الاخرى لسياسيين مثل طاهر جاوت عبد القادر حشاني، محمد بوضياف ، والعديد من المناضلين (ليابس، بوسبسي، فليسي، ماهييو، مربح، بلقايد، علولا،  بوسليماني والشيخ سحراوي) في الجزائر التي جربت فيها هذه الاستراتيجيا.
وجب على الحركات الاجتماعية التقدمية أو الثورية ان تعي جيدا أخطار هذه الاستراتجيا المطبقة على ارض الواقع لان إغفالها يعني السقوط في جب مميت. كما يجب عليها معرفة مصير الثور الذي تقدم في الملعب مباشرة على قطعة القماش الأحمر بدون ان ينظر في بد ملاعبه الذي سرعان ما يغرس السهم في فكه.  
ملاحظة
العدالة الانتقالية  هي مساريهدف الى نشر السلم الاجتماعية بوضع آليات تعوض العدالة المعمول بها سابقا وذلك ل"طيي صفحة" ماضي الديكتاتورية المظلم او ماضي حرب أهلية ووضع حدا نهائيا للمطالب القضائية المرفوعة من قبل الضحايا. أكثر الأمثلة انتشارا هو مثال "هيئة الحقيقة والمصالحة" التي أنشأت بإفريقيا الجنوبية. اما بالنسبة للبلدان العربية فان المغرب هو -إلى يومنا هذا- البلد الوحيد الذي أسس مثل هذه الهيئة تحت اسم "هيئة الإنصاف والمصالحة". أمضت وزارة حقوق الإنسان بتونس اتفاق شراكة مع "المركز الدولي للعدالة الانتقالية" (في نيويورك) حتى تتحصل على مساعدة تقنية في مجال العدالة الانتقالية في مستويات عدة أهمها البحث عن الحقيقة، التعويضات للضحايا، العدالة الجزائية، والإصلاح الهيكلي الدستوري والقضائي. فعلى المركز الدولي للعدالة الانتقالية كذلك تقديم الإعانة التقنية لإحداث "هيئة الحقيقة ولتقديم برنامج فعلي لجبر الضرر".